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miércoles, 28 de junio de 2017

Barrio de Chacarita

Este barrio era conocido como la "Chacarita de los Colegiales". 

Desde las lejanas épocas fundacionales de Buenos Aires, en 1580, el fundador Garay imaginó que esa región se debía destinar a la labranza y a chacras, o para la cría de ganado.
Las más antiguas referencias históricas sobre la “Chacarita” y sus alrededores, corresponden a los comienzos del siglo XVII. En diciembre de 1608, cuando gobernaba Buenos Aires el criollo Hernandarias se completó la mensura de la Ciudad. Entonces se delimitaron las extensas posesiones que se donaron a los sacerdotes de la Compañía de Jesús, conformando la estancuela o dehesa que se denominó “Chacarita de los Padres” y luego “Chacarita de los Colegiales”. En aquel lugar pasaban sus veranos los estudiantes del Colegio San Ignacio.
Estas tierras tuvieron un gran traspaso de manos. Juan de Garay se las dio a don Juan Fernández de Zarate y de este pasó a poder de Gonzalo de Carabajal, luego paso a manos de María de Carabajal, quien recibió el predio en calidad de dote al contraer matrimonio con Cristóbal Calvo, quien vendió su parte a los religiosos ignacianos.
Plaza Los Andes
El Colegio San Ignacio, hoy Colegio Nacional Buenos Aires, dirigido por los jesuitas, estaba en la “manzana de las luces”, en la calle Bolívar y junto a la iglesia. Los alumnos internos del colegio pasaban las vacaciones de verano, junto con algunos de sus profesores en las tierras que los jesuitas tenían en el oeste, de ahí el nombre, “La Chacarita de los Colegiales”, o la quinta en donde descansaban los alumnos. 
Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en "Juvenilia", pronto convertirían al lugar en la "Chacarita de los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios porteños.
Durante la época de Rosas, la Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campaña del Desierto de 1833. Posteriormente, la Chacarita volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se afincaron allí para producir hortalizas, cereales y "paja de Guinea", usada por los morenos escoberos. Entonces, la zona era uno de los lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires.
Cementerio
La Ciudad sufrió entre 1867 y 1868, una seria epidemia de “cólera morbos” o fiebre amarilla entonces de imposible curación. Vivian en Buenos Aires alrededor de 180.000 habitantes y la enfermedad comenzó a atacar a los pobladores casi inmediatamente después de la guerra del Paraguay, posiblemente el virus se traía desde el trópico. En 1867 las victimas mortales fueron 1633 y hubo 5000 afectados.
Como consecuencia de esta epidemia surgió la apremiante necesidad de crear en los alrededores de la Ciudad algún lugar para poder inhumar a las victimas, dado que el cementerio de La Recoleta era insuficiente. El cementerio de los jesuitas fue el primero que funcionó en la zona, luego se amplió el lugar con motivo de la epidemia.
Estación
Entre tantas casas quintas queda aún la de la familia Comastri (más conocida como "El mirador Comastri"), que actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 34. Se encuentra delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción es de 1870 y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran visitantes del Sr. Comastri. Por ese entonces, la zona era llana: se la conocía como el valle del arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo. 
Dentro de la historia del barrio, cabe enumerar la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, que desde el año 1917 son famosos por su calidad y por sus músicos.
Museo de cámaras fotográficas

Autor: Eliana Dell Era

Fuente: DEL PINO, D. La antigua Chacarita de los Colegiales. Buenos Aires, 2004. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires - Barriada.com.ar