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viernes, 23 de marzo de 2012

Transbordador del riachuelo

Este transbordador, ubicado a ambas márgenes del Riachuelo, fue usado originalmente para unir la isla Maciel con la Boca, y se llamó Nicolás Avellaneda.
Inaugurado en 1914, transportaba peatones, carros, vehículos a motor o tranvías.
En 1940 se inauguró un nuevo puente, a 100 metros del anterior.
Fue luego declarado "Monumento Histórico Nacional", protegiéndolo de futuros intentos de desarme. Posee un importante valor simbólico en el barrio de La Boca: figura en obras fotográficas y pictóricas (sobre todo de Benito Quinquela Martín) y fue fiel testimonio de una etapa de revolución industrial en nuestro país.
Cuidemos nuestro patrimonio, que forma parte de nuestra historia!

jueves, 22 de marzo de 2012

Plaza Sicilia

La plaza ubicada en la av. Sarmiento y av. Libertador frente al zoológico, donde se encontraba la quinta de don Juan Manuel de Rosas, guarda una serie de datos que refieren a la historia de la batalla de Caseros


En los lagos de Palermo, se encuentra la plaza Sicilia, un amplio espacio verde circundado por las avenidas Libertador, Sarmiento, Berro y Casares; allí está ubicado también el Jardín Japonés.
 
En la plaza hay una estatua peculiar, la de caperucita roja, realizada por un escultor francés. Hay pocos monumentos que evoquen el cuento infantil.
 
Además, en aquella plaza se encontraba hace más de 150 años la quinta del gobernador de Buenos Aires don Juan Manuel de Rosas.

La quinta de Rosas poseía una casa amplia, con un gran patio central y galerías con muchas columnas en el exterior. La extensión de los parques era de varias hectáreas; dentro de lo que era su terreno se encuentran el jardín botánico, el zoológico, la rural y los lagos de Palermo.
Juan Manuel de Rosas, conocido como el restaurador de las leyes, fue una figura polémica por su forma de ejercer su gobierno y cosechó enemigos a los largo de su mandato, la mayoría de ellos se encontraban exiliados en Chile o Uruguay. Sin embargo la providencia hizo que el enemigo que lo iba a derrotar surgiera de las líneas federales, en las cuales el gobernador era el líder y caudillo máximo.

En el año 1852 algunos caudillos federales del interior del país no estaban conformes con las últimas decisiones políticas que el gobernador de Buenos Aires había tomado, los exiliados liberales aprovecharon la situación para unirse a ellos, y buscar que brasileros y uruguayos se unieran con el objetivo común de sacar del gobierno a Rosas.

Fue así que se gestó la formación de un ejército conformado por entrerrianos, uruguayos y algunos brasileros para combatir a los ejércitos de rosistas. El 3 de febrero de 1852 se realizó la batalla de Caseros en la que finalmente Rosas fue derrotado.

En la batalla de Caseros surgieron dos enemigos claros que salieron victoriosos: uno de ellos era el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza que se iba a hacer cargo de Buenos Aires como jefe de la Confederación argentina. El otro, era Domingo Faustino Sarmiento. Ambos fueron presidentes de la República y dejaron huella en la plaza Sicilia.

Una de las primeras medidas de gobierno que tomó Urquiza luego de la victoria de la batalla de Caseros fue la expropiación de los bienes de Rosas, entre ellos figuraba la quinta de Palermo. En esa casa se instaló por muchos años el batallón y el arsenal del ejército argentino.

El presidente de la Nación Domingo Sarmiento crea el Zoológico y el Jardín Botánico, como así también, le encomienda al paisajista Carlos Thays el diseño de los bosques de Palermo. Hasta allí todo es normal, sin embargo el nombre que le pusieron a todo ese complejo es por lo menos sugestivo. El presidente denominó todo ese complejo como “Parque tres de febrero”, fecha de la batalla en que se derrota al caudillo.

 Además, el 3 de febrero de 1899 se decidió derribar la casa de la quinta para hacer un parque público. La avenida principal que cruza lo que fue la quinta de Rosas es la avenida Sarmiento.

   Sobre la av. Sarmiento en la intersección con la av. Figueroa Alcorta se levantó un monumento imponente homenajeando a Urquiza, el caudillo que derrotó a Rosas en la batalla de Caseros. Si se presta atención la estatua, se lo ve al entrerriano contemplativo y su caballo en dirección al centro de la ciudad, dirigiendo su mirada hacia la quinta, como si estuviera observando las tierras privadas del derrotado.

En el lugar donde se encontraba ubicado el solar del dormitorio de Rosas –queda en la esquina de la av. Libertador y la av. Sarmiento- se instaló un monumento cuyo autor es Rodín, que, casualmente, corresponde a Sarmiento.

Esa última coincidencia es la que despierta la idea de que hubo suspicacias en la planificación de la creación de la plaza Sicilia.

Así quedó la plaza donde estuvo ubicada la quinta de Rosas, con una avenida y monumentos que evocan a sus enemigos y con el nombre que homenajea la fecha en que se dio la batalla final que terminó con su gobierno.

Tiempo después, en la transición del gobierno entre Menem y de la Rúa, se erigió un monumento a Juan Manuel de Rosas en la esquina de enfrente en diagonal al monumento de Sarmiento.

La historia… ¿la escriben los vencedores?


(fuente: rincones, historias y mitos de Buenos Aires - Wenceslao Wernicke).

miércoles, 21 de marzo de 2012

En departamentos, cada vez se edifican más de 1 y 2 ambientes

Aumentó la cantidad de m 2 para obras nuevas. En 2011 se duplicó la superficie pedida para construir respecto del año anterior. Pero el 79% es para departamentos chicos, concentrados en los barrios más buscados. Se usan como inversión o alquiler.
La construcción en la Ciudad sigue teniendo un fuerte ritmo. El año pasado se duplicó la cantidad de metros cuadrados para edificaciones futuras autorizados por el Gobierno porteño. Sin embargo, algunas dudas sobre la situación económica parecen estar condicionando la actividad: la mayoría de las nuevas obras son para hacer departamentos chicos en los barrios más buscados , para garantizar que se vendan o alquilen rápido.
Así lo muestran las estadísticas oficiales, reflejadas en un informe de la consultora Reporte Inmobiliario. En 2011 la Ciudad autorizó la construcción de 2.562.811 m 2 , lo que significó un salto del 97,69% respecto de los 1.296.353 registrados en 2010. Fue la cuarta cifra más alta de la última década.
Pero el 37% de los m 2 autorizados se concentraron en cinco barrios : Palermo, San Nicolás, Belgrano, Villa Urquiza y Caballito. Salvo San Nicolás, que subió en el ranking por la presentación de algunos emprendimientos puntuales y grandes, los otros cuatro barrios siempre encabezaron la lista de barrios con más edificación. De hecho, el año pasado solamente Palermo concentró un 10% de los m 2 .
El dato resalta más si se compara con lo que pasó en los barrios del Sur de la ciudad: de los últimos diez barrios del ranking, cinco están al sur de la avenida Rivadavia. El escalón más bajo lo ocupó Villa Soldati, con apenas 1.412 m 2 .
La concentración no es sólo territorial sino también por tipo de departamento. El 79% de los m 2 autorizados fueron pedidos para construir unidades de uno o dos ambientes , apenas el 20% para tres o cuatro ambientes, y nada para propiedades de cinco o más ambientes.
En tanto, casi no se pidieron autorizaciones para construir casas, locales comerciales o establecimientos industriales. Los registros para construir oficinas rondaron los 200.000 m 2 , pese a que en los últimos años la necesidad de oferta de oficinas en la ciudad fue creciente.
Esta tendencia, que ya se venía notando en años anteriores, tiene que ver con el perfil que está tomando el mercado. “Los proyectos se están encarando en base a las necesidades del inversor, no de las de quien finalmente vivirá en los departamentos. Se busca construir unidades chicas porque así las cuotas a pagar en las construcciones desde el pozo son más bajas y accesibles a más gente. Se abonan en dos años a 2.500 ó 3.000 dólares por mes”, explicó José Rozados, de Reporte Inmobiliario.
Moisés Altman, de Altman Construcciones, coincidió: “Hoy el ladrillo reemplazó a la inversión financiera, y los desarrolladores apuntan a la gente que tiene un excedente de dinero y no confía en otras inversiones. Por eso también se construye en los barrios más buscados, porque las ventas o los alquileres posteriores son más fáciles de cerrar”.
Esto tiene que ver con varios factores económicos. Por un lado, el constante aumento en los costos de construcción y en los precios de los terrenos hizo que cada vez se volviera más caro construir, y por eso el mercado se vuelve más conservador. A esto se le suma la crónica falta de créditos hipotecarios accesibles para que más gente pueda acceder a su vivienda propia. Y últimamente se agregó la traba para la compra de dólares, que dificulta las transacciones y obligó a muchos desarrolladores inmobiliarios a armar proyectos tipo fideicomiso que se puedan financiar en pesos. Por eso, los referentes del mercado inmobiliario coinciden con que en 2012 el mercado se moverá con precaución.
“En el corto plazo es positivo que la construcción mantenga un buen ritmo, porque es una actividad económica clave. Pero a futuro es posible que nos encontremos con un déficit de superficie de departamentos”, cerró Rozados.

(Fuente: Clarín - 21/3/2012)
 

domingo, 18 de marzo de 2012

Los amenities, ese lujo que no se usa

Según un informe de la firma L.J. Ramos, en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires el 57% de los nuevos edificios tiene pileta de natación; 46,5%, solárium; 38,2%, parrilla; 38% salón de usos múltiples y el 31,8% tiene gimnasio. Sin embargo, sólo uno de cada diez habitantes utiliza estos servicios, de acuerdo con una estimación que hizo la empresa W Consultora, asesores en Actividades Deportivas, Fitness y Amenities para emprendimientos. Un dato que se corrobora, además, con el relato de los habitantes de este tipo de edificios."Hay algo de mito alrededor de los amenities. Al momento de comprar son un factor decisivo, porque la gente tiene la ilusión de que va a mejorar mucho su calidad de vida. Sin embargo, por una cuestión de falta de tiempo, mucha exposición o un mal diseño de estos espacios en algunos casos, la realidad es que se usan poco -dijo a LA NACION Dina Crusizio, directora del área de viviendas de L.J.Ramos-. En 25 años de experiencia y de recorridas, nunca vi a nadie utilizando el sauna, por ejemplo".
No son pocos los habitantes de edificios con servicios, ya que en pleno boom inmobiliario, en 2007, el 52% de las nuevas propiedades construidas fue catalogada como lujosa y suntuosa, según un informe de la Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno porteño. Para ser consideradas suntuosas, estas propiedades deben contar con salón de usos múltiples, pileta de natación y jardín.
"Todo esto hizo que los amenities se volvieran un requisito para las nuevas construcciones, por una cuestión de competencia. Un edificio levantado sin servicios compite en inferioridad de condiciones con el resto de la oferta. Por esa razón, muchos emprendedores incorporaron amenities hechos sólo para el catálogo publicitario, con pileta poco más grandes que una bañadera", aseguró Germán Gómez Picasso, director de la consultora Reporte Inmobiliario.
"Está más bien estructurado para la venta y no para que funcione como un servicio eficiente. Nosotros hemos tenido denuncias de compradores defraudados. Les mostraron un folleto muy lindo cuando el edificio se estaba construyendo, pero cuando les entregaron la unidad la realidad era otra. El gimnasio era una bicicleta fija hogareña y dos mancuernas y la piscina, más bien un jacuzzi", explica Osvaldo Loisi, presidente de la Liga de Consorcistas.
De todas formas, también en los edificios premium y con alta calidad de servicios, la tasa de utilización es reducida. La convivencia, la superposición en las reservas para el SUM y algunos espacios reducidos para la cantidad de habitantes hacen que sean pocos, y hasta mal vistos, los que los utilizan.

(Fuente: La Nación - Información general - 7/2/2012)

lunes, 12 de marzo de 2012

La casa chorizo

A fines del siglo XIX y principios del XX comienzan a aparecer las primeras “casas chorizos” o “casas de medio patio”, tan característica de una ciudad en la que el proceso inmigratorio comenzaba a hacerse importante, tan emblemática de la época, tan buscada en la actualidad...
Esta invención apareció allá por los ochenta en la ciudad para durar mucho tiempo. Aún en la década de 1930 se continuaron construyendo ejemplares, más o menos evolucionados.

La “casa chorizo”, tan difundida en Buenos Aires, fue parte constitutiva y fundamental de los edificios porteños en una época, y fue el punto de partida sobre cuyo diseño luego se proyectaron “casas chorizo de altos”, consistentes en dos casas superpuestas aprovechando los mismos patios, con entradas independientes. 
Posteriormente la “casa en hilera” y la “casa en hilera de altos” constituyeron otras formas de aprovechar los terrenos, cuyos valores se elevaban en la zona centro de la ciudad .

Este tipo de vivienda llegó al subdividirse las parcelas de la zona céntrica en cuatro parcelas de 7,56 metros de frente, manteniendo el fondo original.

Esas dimensiones angostas y profundas definieron un diseño arquitectónico muy ajustado, que “llevaba” la edificación hacia el interior de la manzana. La necesidad de airear los ambientes, darles luz, generar ámbitos de convivencia protegida sobre todo para los hijos (que de otro modo jugarían en la calle), estableciendo también divisiones físicas de la casa según usos, obligó a los constructores a introducir patios interiores. De tal modo, el uso del primer patio se reservaba a la familia, el segundo al personal doméstico (ambos separados por el comedor), y el tercero para la huerta, separado del segundo por la cocina y el baño de la casa.

Este diseño de vivienda fue utilizado con gran profusión por los inmigrantes, que llegaron a estas tierras generalmente sin dinero alguno, pero luego fue también adoptado por los hijos de esos inmigrantes, cuyo standard de vida había evolucionado.

El nuevo concepto edilicio facilitó también que pudiera ser construido por constructores artesanos o albañiles, venidos en buena cantidad de la Europa mediterránea (mayoritariamente de Italia) junto con la oleada inmigratoria de la segunda mitad del siglo XIX.

Dentro de la ciudad de Buenos Aires, los barrios en que más se edificó este tipo de vivienda fueron San Telmo, Montserrat y Barracas, luego Palermo, Chacarita, Caballito y Flores. 

La sucesión de ambientes intercomunicados, todos unidos entre sí alrededor de patios sucesivos, fueron la característica que, además de ir cubriendo la longitud del lote, permitió ir construyendo la casa a medida que su propietario fuera ahorrando, mejorara su situación económica o la familia se agrandara.
La casa de medio patio se ajustó plenamente a la legítima ambición de los inmigrantes de contar cuanto antes con una vivienda propia que le permitiera salir con sus familias de los conventillos, primeros alojamientos al llegar a estas latitudes una vez cumplida la etapa del Hotel de Inmigrantes. 
Adquirían el lote como podían, generalmente en lugares con acceso de trasporte o no lejanos a sus lugares de trabajo, y comenzaban a invertir sus ahorros en los primeros ambientes de la casa, que consistían en uno o dos espacios al frente del terreno, dentro de un plan modular que se iría extendiendo hacia el interior del lote, rodeando patios que albergaran primero a los hijos, luego los servicios, y finalmente la huerta.

En la web de “Arquitectuba” dice: “esta forma resultó muy flexible, permitiendo su adaptación a diferentes necesidades, gustos y niveles económicos. Daba respuesta a las necesidades de la casa popular, absorbiendo los cambios de la composición familiar y su crecimiento. Permitía al inmigrante la capitalización paulatina en dos aspectos: la valorización del lote con la creciente infraestructura urbana y poder materializar los ahorros de la familia con una construcción por etapas, de simple factura, en la que participaban parientes y amigos. El aumento de ocupantes o de recursos hacía que las habitaciones se multiplicaran a lo largo del lote. La flexibilidad de su conformación posibilitaba en su origen las más diversas actividades y podía albergar a familias complejas y ampliadas. También podía funcionar como fuente de ingresos mediante el alquiler de sus cuartos por separado, o alojar pequeños talleres de costura, artesanías o reparaciones. Hoy facilitan su adaptación a nuevos usos, como restaurantes, comercios, consultorios, oficinas, además de la vivienda compacta moderna. En tiempos posteriores los descendientes de los inmigrantes adoptaron esa forma de vivienda, por sus innegables ventajas, a sus evolucionados niveles de vida, y construyeron casas de medio patio de mayor lujo”.
 
Un ingenioso concepto de diseño otorgaba a los ambientes una suerte de “climatización” para neutralizar los picos de altas o bajas temperaturas, consistente en instalar el piso de manera elevada sobre el nivel de suelo dejando una cámara de aire que a la vez impedía el avance de humedades, y repitiendo otro espacio similar entre el cielo raso y la cubierta de techo, que recibía el aire cálido que se escapaba del volumen habitable a través de orificios disimulados por rosetas decorativas. Todo el sistema se completaba con la ventilación exterior que provenía del uso de las banderolas, lo que otorgaba una circulación de aire eficiente.

Aún hoy encontramos "casas chorizos". Y, aunque muchas se fueron modificando y mejorando, también hay muchas otras que conservan su fisonomía... Estas casas son muy buscadas, ya que no pagan expensas y son, relativamente, más económicas que una casa. De estas últimas cada vez quedan menos, ya que la fiebre de la construcción en nuestra ciudad fue demoliendo construcciones realmente valiosas para transformarlas en edificios. 

(fuente: perfileshistoricosbaires.com)