Buenos Aires, nuestra ciudad -maravillosa, por cierto- figura, según el diario Clarín, tercera en el ranking mundial de una guía de viajes. La publicación (la guía Lonely Planet), la destaca por lo barato que es pasar horas en cafés elegantes, donde los mejores escritores solían ir.
Buenos Aires inspiró, indiscutiblemente, a muchos artistas, sobre todo desde las mesas de sus cafés, ideales para crear. Sábato escribió "Sobre héroes y tumbas" en el Bar Británico. Y Homero Manzi creó la letra del tango Sur en el Aeroplano (San Juan y Boedo).
"A pesar de la lluvia yo he salido / a tomar un café. Estoy sentado / bajo el toldo tirante y empapado / de este viejo Tortoni conocido", escribió Baldomero Fernández Moreno. En el café Tortoni, entre 1926 y 1943 se reunía La Peña, con Benito Quinquela Martín, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Conrado Nalé Roxlo, Roberto Arlt y Borges. Y de 1962 a 1974, fue el punto de reunión de Abelardo Castillo, Humberto Constantini, Liliana Heker, Isidoro Blaisten y Ricardo Piglia, entre otros.
En los 6 meses que pasó en la ciudad (entre 1933 y 1934), también iba al café Federico García Lorca, quien escribió: "Buenos Aires tiene algo de vivo y personal; algo lleno de dramático latido".
En la confitería Richmond, que acaba de cerrar, entre 1924 y 1927 se reunía el Grupo de Florida, representantes del vanguardismo y formado por Borges, Oliverio Girondo, Norah Lange y Leopoldo Marechal. Los rivales, el grupo de Boedo, formado por Barletta, Roberto Arlt, Elías Castelnuovo y Alvaro Yunque, se encontraban en la editorial La Claridad, en Boedo 837.-
En la Galería Güemes: "Hacia el año 28 el Pasaje Güemes era la caverna del tesoro en que deliciosamente se mezclaban la entrevisión del pecado y las pastillas de menta, donde se voceaban las ediciones vespertinas con crímenes a toda página y ardían las luces de la sala del subsuelo donde pasaan inalcanzables películas realistas" la describe Cortázar en el Otro Cielo.
En un departamento de la Galería en el 6º piso, entre 1929 y 1930, vivió Antoine de Saint Exupéry.
Marcel Duchamp, conocido artista plástico, estuvo 9 meses en Buenos Aires, entre 1918 y 1919. A diferencia de muchos otros, no quedó conforme, opinando que Buenos Aires era "una gran ciudad de provincia, llena de gente muy rica de muy poco gusto, que compran todo en Europa, hasta las piedras sobre las que edifican sus casas". Duchamp vivió en Alsina 1743 y tenía su atelier en Sarmiento, donde hoy está el centro Cultural San Martín.
El guionista de Asterix, René Goscinny, se crió en Buenos Aires y leía a Patoruzú. Llegó a los dos años, en 1928 y en 1945 se fue a Nueva York.
El escritor polaco Witold Gombrowicz vivió entre 1939 y 1963, en una pensión de la calle Venezuela.
El español Ramón Gomez de la Serna, llegó a esta ciudad en los años 30 y la eligió hasta su muerte, en 1963. Su último deseo fue: "Cuando me muera, quisiera que me lloren todas las cariátides de Buenos Aires".
(fuente: diario Clarin - 11/9/11)
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